En la asignatura de religión en Bachillerato siempre hacemos mucho hincapié en que de poco sirve la teoría si no pasamos a la acción. El compromiso es lo que más nos debe caracterizar a los cristianos, por eso proponemos a nuestros alumnos poner en práctica el "Aprendizaje de Servicio" a través de diferentes experiencias de voluntariado. Una de estas acciones ha sido la experiencia de voluntariado en los asentamientos de inmigrantes de San Isidro de Níjar en Almería. En esa zona viven la gran mayoría de inmigrantes que llegan a nuestro país en pateras y que trabajan y viven en condiciones inhumanas en los invernaderos. Allí vive una comunidad de religiosas mercedarias que trabajan de forma incansable para mejorar las condiciones de vida de estas personas y luchan por sus derechos. Las religiosas reciben la colaboración de muchisimos jóvenes voluntarios de toda España.

 Eran muchos los alumnos de 2º de bachillerato que querían participar, pero dadas las caracterísiticas de la actividad tan sólo nos permitían siete plazas. Las alumnas que participaron fueron: Carmen Asensi, Carme Martínez, Yolanda Ortega, Irene Velázquez, Angie Valencia, Anabel Ruiz y Blanca Sánchez.

Tras charlar un rato con nuestro párroco D. Javier salimos de Benetússer el viernes por la tarde y llegamos a San Isidro de Níjar por la noche y tan sólo tuvimos tiempo de compartir un rato con las Hermanas ya que al día siguiente nos esperaba un duro día de trabajo. El sábado por la mañana limpiamos y pintamos una casa que iba a ser el hogar de un grupo de inmigrantes. Por la tarde hicimos una actividad de reflexión con MªJosé, una de les hermanas Mercedarias, quién nos contó la situación actual de la inmigración en San Isidro y conversó con nuestras alumnas sobre el tema. Después visitamos uno de los asentamientos donde tuvimos la oportunidad de conocer de primera mano la realidad en la que viven estas personas. Terminamos el día asistiendo a la eucaristía y preparando una cena a la quue invitamos a un par de jóvenes de Costa de Marfil y Senegal quienes nos contaron cómo fue su viaje a España en patera y todas las cosas que les habían ocurrido desde que habían llegado. El domingo trabajamos de nuevo pintando y limpiando otra casa. Después de comer visitamos el taller ocupacional para inmigrantes que dirigen las Hermanas y emprendimos el viaje de regreso a Benetússer.

Fue una experiencia corta pero muy intensa, que permitió a nuestras alumnas conocer una realidad que se ha convertido en un drama internacional, reflexionar, abrir más sus mentes y experimentar lo que es el voluntariado, además de ver de cerca cómo trabajan las misioneras mercedarias. Como profesora me siento muy orgullosa de ellas, de su comportamiento, su respeto, su responsabilidad y su trabajo durante todo el fin de semana. Ojalá que no olviden todo lo que allí han visto y vivido, y que ésta sea la primera de muchas experiencias de misión y de voluntariado que compartir.

                                               Mireia García, Profesora de Religión